Un poquito de mí
Soy un hombre nacido en Honduras.
Crecí en un hogar cristiano. Me gusta compartir con los hermanos de la iglesia, disfrutar tiempo con mi esposa, hijos y demás familia. Además: cantar, tocar el piano y la guitarra. Diariamente debo estar en contacto con la informática, pues esta es mi herramienta principal de trabajo, y como todo ser humano he vivido aprendiendo de la
vida, especialmente de mis muchos errores. Desde muy niño me interesé por las
tecnologías e incursioné en ellas de la manera en que estuvo a mi alcance.
Muy a menudo encontrarás
que he de citar algunos pasajes bíblicos para referirme a situaciones. Lo hago
porque creo que la vida está regida por estos principios espirituales y encaja
perfectamente como un perfecto rompecabezas.
Agradecimiento
Primeramente
quiero agradecer a
Dios por la oportunidad que me da de compartir con ustedes este humilde
blog. Seguidamente quiero agradecer a mis padres, hermanos, familia, y
amigos por
tolerarme todos estos años, sé que no he sido fácil de soportar, pero
todos
saben cuánto les amo y les estimo. Gracias a ti que has tomado parte de
tu valioso
tiempo para leer mi blog.
Después de tantos años “pegado a
una pantalla de computadora” reconozco que gran parte de mi tiempo lo he mal
invertido en leer artículos, folletos, noticias, comentarios, ver videos, etc.
de muy poco o ningún interés para mí. Y lamentablemente, creo que tendré que
seguirlo haciendo de vez en cuando, porque debo admitir que la curiosidad nos
mueve muchas veces a detenernos en lugares que publican este tipo de información a la que muchas veces poco se le saca provecho.
Objetivo
Mi
objetivo principal en este
blog, es transmitir parte de mis experiencias vividas, las que han sido
muy
positivas, pero en su gran mayoría, también “muy negativas”. Y vean que
las
escribo entre comillas pues al final, y sé que así es, también han
sido muy positivas, porque de los errores aprendemos mucho más. Es mi
deseo que
el tiempo que tú destines a leer este blog, puedas sacar muchas
enseñanzas para
tu vida, y que no compres experiencias que otros ya hemos vivido, por
eso estoy
aquí para además de compartir contigo algunos consejos prácticos,
también regalarte mi experiencia y que seas un ganador de lo más
precioso que
el ser humano tiene a su disposición y que no es duradero: El tiempo
(Efesios
5:16 dice: “Aprovechando bien el tiempo, porque los
días son malos”).
Por qué del nombre del blog
He elegido este nombre porque el
dinero en mi opinión, es el que mueve toda la vida material/económica en este
mundo. El dinero no es sólo un objeto monetario hecho en papel moneda. El
dinero es aquel que nos permite obtener bienes o servicios de otras personas, sean
estás naturales o jurídicas. Por tanto desde la antigüedad ha existido en
diferentes formas. El trueque es un ejemplo de ello. Pero como dije antes,
quiero compartirte, o sea, regalarte mis experiencias. A esto le he llamado Dinero Pensante,
porque quiero que leas estos consejos…que pienses en ello, y que si algo
puedes sacar de provecho, puedas entonces tomar de ellos el
precio que valen, para que no comprando mis experiencias; puedas ganar un poco
de paz, un poco de amor, y por qué no…un poco de ahorro en dinero fiduciario.
Mis disculpas
Siempre
creí que era bueno para esto de escribir, pienso que me dejé
convencer demasiado de la publicidad que algunos de mis compañeros de
trabajo
han hecho de mí, pero la realidad es que ahora que he decido escribir
este
blog, me doy cuenta de cuán difícil será transmitir con claridad mis
pensamientos. Así que pido disculpas por los innumerables errores que
has de
encontrar en mis escritos, y espero al final poder trasladar lo
esencial, que son mis conocimientos y experiencias.
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viernes, 22 de abril de 2016
¿Te urge conseguir dinero?
Hace unos días hablaba con un amigo, y me refería la gran necesidad
de conseguir dinero. Normalmente cuando nos encontramos agobiados por situaciones
apremiantes relacionadas al dinero, tomamos decisiones muy apresuradas que con
el tiempo vamos a lamentar. Acudimos a cualquier persona comentándole la
situación que atravesamos con la esperanza de que esta resuelva nuestra
situación. Correremos con mucha suerte, si logramos encontrar una mano amiga
que pueda librarnos de tan terrible situación, y en el peor de los casos
acudiremos a un banco o un prestamista que pueda facilitarnos el efectivo.
Por muchos años, he vivido esta terrible experiencia. Y créeme,
tomar esta decisión con la cabeza caliente no es sabio. Esto te traerá enormes
problemas y preocupaciones que con el tiempo se volverán un fastidio en tu vida.
Los bancos y los prestamistas son los que al final hacen su mina contigo, y
mientras más dinero en intereses les pagues oportunamente, más te pasarán la
mano por la espalda, diciéndote lo buen cliente que eres, y ofreciéndote más
dinero con réditos altos.
En nuestro país Honduras, la gente se gana la vida de muchas
maneras: Haciendo y vendiendo tortillas, pan, tacos, enchiladas, parrilladas,
etc. Siempre existirá una manera de ganarse la vida.
Este amigo me decía: “Ocupo dinero ahora mismo, no necesito
nada complicado o a largo plazo…quiero algo inmediato”.
Una solución así de rápida, escasamente la encontrarás.
Tendrías que estar en el mejor día de tu vida para pensar que algo así pueda
suceder. Si necesitas resolver algo inmediato de una situación esporádica,
entonces los bancos y los prestamistas serían una solución temporal. Y mira que
digo esporádica, pues si lo tuyo se vuelve costumbre (como me ha sucedido),
entonces te verás en tremendos aprietos que vas a lamentar. Debes pensar y
medir muy bien el paso que vas a dar. Al final esto afectará a tu familia: Tu
esposa, tus hijos, tus padres, hermanos, amigos, etc. Se volverá una situación
casi inmanejable, y no quiero que pases por eso.
Hablar con una persona de tu confianza. Preferiblemente un
hermano, puede ser la mejor solución a tu situación. Pedirle que te ayude a
pensar por ti en el problema y buscar una lista de soluciones, puede hacer la
diferencia en tu futuro.
No pienses en buscar soluciones rápidas (bancos,
prestamistas, etc.) todo el tiempo. Estas soluciones se llevarán nuestras
fuerzas en pago de intereses. Ora a Dios primeramente, y piensa en un familiar
o un amigo de tu entera confianza; exponle tu situación y pídele un plazo para
poder pagar el compromiso. Si él te ama, comprenderá tu dificultad, te prestará
el dinero que necesitas, y sabrá esperarte con paciencia hasta que le pagues.
Honra tu compromiso con él y verás que todo va a mejorar.
Espero en este blog poder poco a poco ir publicando algunas
formas de hacer trabajos algunos muy sencillos, honestos, y sobre todo honrados.
Que nos permitan ser creativos para generar ingresos de manera permanente como
lo hacen nuestros amados compatriotas hondureños, que día a día se ganan el pan
con el sudor de sus frentes.
¡Que rica sabe la comida cuando viene del fruto del trabajo
de nuestras manos!
jueves, 21 de abril de 2016
El miedo a no vender y la inseguridad de ofrecer
Recién había cumplido 17 años y con
la experiencia que ya la vida me había dado en relacionarme con los negocios a
través de comercio que mi padre ejercía tiempo atrás, un amigo llegó y me
ofreció conseguir un trabajo como vendedor de literatura. Él me dijo que se
ganaba muy bien y que lo mejor de todo era que el tiempo lo manejaba yo y no mi
empleador.
Fui asignado junto una señora
quien me guiaría en el proceso de entrenamiento. Pensé que esto estaba de más
pues consideraba que no lo necesitaba. Ella se mostró confiada de mi “experiencia”
y rápidamente me delegó algunos prospectos de sus contactos para presentarles
el producto y realizarles algunas ventas.
Pasó casi todo el mes. Para
entonces ella se quejaba de sus pocas comisiones que ganaría. Yo no tenía
ninguna responsabilidad económica de sostener una familia, pero me sentía muy
avergonzado en ver que ella se quejaba, mientras yo cobraría comisiones un poco
menos del 5% del valor que las de ella.
Al mes siguiente, decidí dejar de
visitar prospectos con ella, y me aventuré a hacerlo con mi amigo. Le conté la
mala experiencia que pasé. Él me ayudaba en lo que podía. Me daba ánimos y
consejos de cómo debía interactuar con las personas. Traté de hacerlo tal cual
él me lo explicaba. Pero lo único que conseguía era llenar una libreta de contactos,
pero no conseguía convertirlos a clientes.
Me sentía realmente decepcionado.
No conseguía sentirme bien en el trabajo que hacía. Aún y cuando visitaba
oficinas por toda la ciudad con mi amigo, no me sentía bien. Mi decepción
crecía al ver la facilidad con la que él realizaba las ventas todos los días.
Él lograba concretar hasta seis ventas diariamente, y cuando cerraba entre dos
y tres ventas, se quejaba.
Para fines del segundo mes,
recién habíamos salido del edificio donde se encontraban las oficinas, cuando
de repente voltee a ver al suelo, y quedé como en shock...de pronto reaccioné y
me agaché prontamente a recoger unos billetes que se encontraban tirados. Él me
quedó viendo y comenzó a reír a carcajadas. De igual a mí me causó gracia, y
comencé a reír también. Recuerdo que eran 109 lempiras. Eso era el equivalente
en aquel entonces a unos US$.10.00. Ese dinero fue para mí como la paga a mi
trabajo, pues lo que en dos meses había ganado no llegaba ni a la mitad de ese
valor. Recuerdo que compré unos zapatos, y le dije que ya no seguiría en ese
trabajo porque no me sentía bien.
En verdad yo era un chico, pero
sabía perfectamente lo que estaba sucediendo:
- 1. Desconocía mucho acerca de las características de los productos.
- 2. Los productos que pretendía vender eran muchos. Debía ir conociendo uno a uno y no asumir conocerlos todos a la vez.
- 3. Los posibles clientes tomaban el control de la entrevista completamente dando lugar a muchas preguntas que no podía responder.
- 4. Habían personas que mostraban un total desinterés por el producto. Aun así, yo les presentaba el producto, pero al final ese desinterés prevalecía, y ganaba.
- 5. Cuando estaba a punto de cerrar una venta mostraba nerviosismo respecto al trámite que debía seguir con el cliente y pedía ayuda a mi amigo, quien en algún momento cerraría una o dos ventas que logré hacer durante todo el tiempo.
- 6. Y he dejado de último quizá el motivo más importante y muy parecido al numeral 4, pero en el otro extremo, pues personas que estaban con todo el interés de comprar no recibían mi visita porque mi percepción era que “no comprarían”, cuando en realidad mi amigo lograba concretar la venta con ellos de una forma increíblemente rápido ¿Por qué? Porque ya existía el interés de adquirir el producto.
La inseguridad de ofrecer un producto
y el miedo a no vender es algo que nos sucede a muchos. Hoy alguien que siempre
se acerca a mí para intentar venderme frutas, no se acercó basado quizá en que frecuentemente
le digo que no compraré…pero da la casualidad, que hoy quería comprar, y cuando
me di cuenta, ya se había ido. Otra persona se acercó a ofrecer un producto a
otras dos. A las dos les gustó, pero ninguna compró. Al irse, le quedé viendo a
los ojos, y por no mostrarme como un entrometido, no le dije que me lo mostrará.
Sé que no hice bien, pero esa fue mi reacción en ese momento. Él no percibió mi
interés e igualmente se fue. Da la casualidad que yo estaba pensando todo el
día en comprar ese producto. Ni yo compré, ni el vendió… ¿por qué? Por su inseguridad…o
por miedo.
Yo me ahorré un gasto, pero que
de la persona que pretendía vender. Simplemente, no vendió, no ganó, porque no
aprovecho ese momento crucial del cierre de una venta segura a la cual no tenía
ni siquiera que hacer la apertura.
Debemos de recordar que la
persistencia es un buen aliado, así que si algo vendes, y alguien te dice que
NO, sigue intentando, no desistas; en algún momento la venta que buscas está
ahí.
Saludos amigos(as).
lunes, 11 de abril de 2016
La esperanza no avergüenza
En mi país Honduras, existen muchos lugares con grandes problemas de desarrollo. La pobreza económica y cultural se puede observar a los cuatro puntos cardinales. Creo que no existe ni un tan sólo rincón del país que no esté invadido por estas pobrezas.
Hace unos siete años, viaje con mi familia y un tío muy
querido a un lugar llamado El Carreto, situado en el Departamento de Choluteca
en la zona sur del país. Este es un lugar con clima muy caluroso, árido. La
sequía impera en ese lugar. Aunque suene jocoso, pero como dicen: “Ahí las
vacas en vez de dar leche, dan lástima”. Pero esa es la cruda realidad. La
población en ese sector sobrevive con ingresos muy bajos. Lo que más abunda en
ese lugar son los árboles de mango, pero un tipo de mango que ellos llaman “mechudo”.
Buscando la clasificación de este mango, creo que se refiere al tipo de mango Irwin,
por su fibra abundante. Esta deliciosa fruta, pareciera ser el alimento diario
de esta población.
Al llegar a ese lugar, sentí como la gente nos observaba.
Percibí los gritos de la población diciendo: “Ayúdennos”. Pienso que mi percepción no estaba del todo
equivocada, pues las personas a las que visitamos nos comentaron que la mayoría
de sus vecinos estaban queriendo vender sus propiedades para ir a buscar “el
sueño americano” porque “no había nada que comer” y los niños estaban sufriendo
mucho. La desesperación de la población era y es evidente.
Para muchos es fácil vaticinar palabras negativas cuando
escuchan o leen los comentarios anteriores. Expresan: “Que trabajen”, “Sólo
están a la espera de la ayuda gubernamental”, “Que pongan a esos cipotes a
estudiar”, etc. Son algunas de las frases que he escuchado. Pero una de las
frases que más indignación me causa es: “Esa gente sólo viven de esperanzas”.
¿Qué sería del hombre si no tuviese esperanza? Salir de la
pobreza económica implica trabajar con mayor esfuerzo físico. Avanzar en la lucha
contra la pobreza cultural, implica leer y aprender más de ciencias y buenas
costumbres. Incluye poner en práctica los principios éticos y morales que nos
enseñaron desde pequeños para gozar de una mejor convivencia social. Pero poco
se observa y nada se habla de otra
pobreza, la “pobreza de amor”, pobreza
que abunda en muchas personas. Suprimir esta pobreza implica deponer nuestras
actitudes egoístas ante nuestros semejantes. Es una aplicación práctica de
todos los conceptos bíblicos y éticos que hemos aprendido durante toda una
vida, para ejercerlos sobre los demás. Es no burlar ni hacer escarnio de algo
tan precioso que Dios ha puesto en nuestros corazones como es LA ESPERANZA. El apóstol Pablo habla
de ella en el libro de Romanos, capítulo 5, versículo 5; y lo expresa con
claridad y firmeza: “Y la esperanza no avergüenza;
porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos es dado”. Esta afirmación, se desprende de su relato respecto
a las tribulaciones porque: “la tribulación produce paciencia, y la paciencia,
prueba; y la prueba, esperanza”. Dice que nos gloriamos en la esperanza de la
gloria de Dios.
Otros dirán: “Ya lo dijiste, es la esperanza de la gloria de
Dios, no habla de otra esperanza”, “no encubras la haraganería de esta gente”, “no
pretendas justificar la falta de cultura de estas personas”, “no revuelvas la
fe con la esperanza terrena”, “pobreza de amor…¿Qué es eso?", etc.
Esas personas, y espero no seas una de ellas, podrán decir
lo que quieran. Podrán incluso dejar sus comentarios negativos en este blog y
rebuscar palabras para intentar herirme. Pero nada impedirá que le dé unas
frases de esperanza a aquellas personas que ahora mismo las necesitan.
Este mensaje es para ti que estás pasando duras situaciones
económicas por falta de un trabajo. Por altas deudas que parecieran impagables.
Por la mala remuneración que sufres en tu trabajo. Por la mala administración que
has hecho de los bienes que Dios puso en tus manos. Por esa necesidad que
tienes de recuperación de la salud de un hijo, de un padre, de una madre, de un
ser a quien tanto amas. Quizá esta persona está muy enferma, posiblemente con
una enfermedad terminal dictaminada por los médicos que le han atendido; quizá
seas tú mismo quien se encuentre en esta difícil situación de salud. Estas
palabras van para ti que estás sufriendo la pena de estar lejos de casa: sin tu
familia, que sufres la ausencia de los seres que más te aman. Para ti que
piensas que la vida te ha tratado muy mal y que “Dios se ha olvidado de ti por
considerarte menos que nada”. Para ti que enfrentas la vida todos los días y
sientes que no avanzas mientras tus fuerzas se ven mermadas. Para ti que sientes
estar solo; sin un amigo; sin un familiar que te brinde la mano cuando más lo
necesitas. Para ti, que al ver tu vida hacia atrás sólo vez un cumulo de
tormentas y tristezas y pocas o ninguna alegría que recordar. A ti que piensas
que ya todo se ha dicho y no hay vuelta atrás, y que nada va a mejorar pues
todo parece sólo empeorar. Sí, es a ti a quien me dirijo y a quien quiero
recordar; que Dios te da una esperanza fresca, renovada, y LA ESPERANZA NO AVERGÜENZA, por tanto afiánzate de ella, no
la dejes escapar ni la debes olvidar. Esta es la única que podrá salvar a ese
ser que tanto amas; a ese trabajo que tanto necesitas; a ese retorno con tu
familia que tanto anhelas. Sólo esa esperanza es la que te queda, y será la
única que al final te devuelva todo, porque aquel que te la ofrece no se olvida
de ella, porque Él sabe que la necesitas y es un hermoso regalo que te ha dado
y no te la quitará, pues Él te ama. Jesucristo. No desistas, lucha, esfuérzate, acompáñala de
fe y se paciente; que cuando menos lo esperes, ella dará sus frutos y a tu encuentro saldrá.
miércoles, 6 de abril de 2016
La felicidad de nuestros niños y niñas
Fotografía tomada por: Lora Scatling
Mientras leía la historia de tres niñas que han sufrido una
terrible enfermedad como es el cáncer, yo luchaba porque mis ojos no derramasen
lágrimas que me dejasen en evidencia ante quienes me observaban a mí alrededor.
Pero fue inevitable, al final mis ojos no pudieron más, y comencé a llorar
desconsoladamente como si algo terrible me hubiese sucedido. Pero a Dios
gracias, no era la tristeza la que produjo esta reacción en mí, sino más bien un
sentimiento de profunda alegría por la vida de estas hermosas niñas; al leer en
el artículo que ellas han superado esa nefasta enfermedad. Realmente me he
llenado de profunda alegría.
Siempre que leo historias como esta, tocan profundamente mi
corazón. Me hace pensar en lo dichosos que somos muchos padres en tener a
nuestros hijos saludables y llenos de energía. Doy gracias a Dios porque mis
hijos hasta el día de hoy gozan de perfecta salud. En oración los encomiendo
todos los días a Dios, pidiendo por ellos, como al igual lo hago por los niños y
niñas de nuestro país y el mundo. Es conmovedor y muy triste ver cuántos niños
mueren diariamente producto de enfermedades terribles como el cáncer, otros
mueren en medio de conflictos bélicos, y otros por hambre.
Muy frecuentemente pienso en todo esto. Pienso en lo que yo
pudiera hacer para contribuir en apalear un poco la necesidad de tantos niños y
jóvenes que pasan estas duras situaciones, pero nuestros recursos económicos
son limitados y no es mucho lo que podemos hacer.
Con frecuencia niños se acercan a mí para venderme algún
producto: Confites, frutas, etc. Cuando puedo les compro algo, en la mayoría de
los casos como una manera de ayudarles. Pero nunca olvido recibirles con una
sonrisa, y socializo con ellos de una forma amable. Es lo menos que puedo
darles. Los niños necesitan de nuestro amor. Necesitan saber y sentir que son
amados. No sabemos las terribles situaciones que ellos viven a diario. Muchos
de ellos no tienen padres, y los que necesitan atención y cuidados son muchos. Aunque
poco creamos que podemos hacer por ellos, el tratarles con respeto,
dignificando su presencia ante nosotros, es una manera de ayudarles.
Que el amor de Dios pueda inundar nuestros corazones para
que podamos amar a estas lindas criaturas. Los niños son ángeles que habitan
entre nosotros. Como padres hemos tenido la dicha de tenerles. Tenemos por
costumbre decir: “Dios permita que…” pero lo que sucede a nuestros niños no es
culpa de Dios, es culpa de nosotros, de nuestras sociedades. Porque hemos
prestado mayor atención a otras cosas que a las primordiales: Nuestros niños y
niñas requieren esa prioridad. No podemos decir: “Dios permita que alguien haga
algo por nuestros niños” cuando somos nosotros los llamados a hacer algo por
ellos: Nosotros y nuestros gobiernos.
Es mi deseo que otros niños, al igual que estas hermosas
niñas, puedan crecer en un entorno de amor; felices, sonrientes. Que sus vidas
sean plenas y que puedan forjar futuros prósperos para ellos y sus futuras
familias.
Comparto el link de estás tres hermosas niñas por si desean
leer esta agradable noticia:
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