El Culpable
En la vida somos caminantes,
Eso no quiere decir errantes.
El que come es porque
trabaja,
Cristo así lo ha manifestado.
El errante es aquel
extraviado,
Que no sabe dónde camina,
Que va cual barca perdida,
Hasta que el viento la lleva
a la ruina.
El errante camina frustrado,
Se queja de todo lo que Dios
le ha dado.
Hasta de su propia cama reniega,
Para él todo es molestia y
trabajo.
Es como un alma perdida,
Que no encuentra en el mundo
salida.
De todo murmura y de todos
habla,
Reniega de lo que Dios le ha
obsequiado.
Que te diera que vivieras
Como un mendigo de verdad,
Si aún el hombre sin sus
brazos,
Puede gozar de libertad.
Y con pies descalzos va a la
guitarra,
Y toca a Dios con humildad.
Porque te quejan pues
entonces,
Si Dios incondicional te ha
amado.
¿Dime tú que le has dado?
Al igual que yo sólo cargas
al orar.
Vivamos con paciencia
La vida que nos ha tocado.
Pues con el cincel de
nuestros actos,
Tenemos lo que hemos tallado.
No busques más culpables,
Y quita de tu corazón el
enojo.
Si empecinado sigues con
esto,
Vivirás lo que queda con
desprecio.
Busca en Cristo el camino,
Y no me culpes de tu ruina.
Al culpable te puedo
presentar,
Si entras al cuarto, ve al
espejo;
Ese reflejo que él te
muestra
Es la persona que has de
juzgar.
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